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domingo, 14 de enero de 2024

Empezamos a mejorar

 Escribir esta nota ha sido siempre un reto para mí, una idea robada a alguien más, pero que mantengo como tradición porque me gusta ver mi propio crecimiento, y este año fue de mucho. Pasaron mil cosas y sentí un cambio en mi vida a mejor. Ahora tengo un camino mucho más claro y estoy por fin saliendo de las espinas, siendo esta la primera vez en muchísimos años que empiezo el año con auténtica felicidad. Se siente como mi primer enero feliz.

Claro, que el 2023 no empezó así, fue un año que comenzó terriblemente, con la idea de tirarme por ventana siempre presente, pero conforme fue transcurriendo, los cambios fueron poniendo sentimientos y pensamientos en mi cabeza que me han llevado poco a poco por el camino correcto.

martes, 31 de enero de 2023

Así fue el 2022

 Este artículo (como muchas cosas en mi vida) fue dejado para última hora, pero aún así, sin dejar que el tiempo me culmine, he decidido sentarme y pensar en el el pasado, en aquél casi inmediato de los 365 días que acaban de ocurrir... o que pasaron hace 30 días para este caso concreto. Me es imposible no mirar quién era yo entonces y quien soy ahora y el cambio radical que tuve en mi vida.

jueves, 6 de enero de 2022

Y ni hablar del 2021

 ¿Seré el único al que abatió este año?

Al menos soy testigo de que no; vi más de una vez  todas las tragedias que pueden aparecer en cincuenta y dos semanas. Y es que las malas noticias no fueron solo personales, después de todo este año vivimos nuestro más fuerte intento de liberación, pero lamentablemente la fuerza asesina del Estado pudo más; vidas se perdieron. Fue indudablemente un año triste para muchos de nosotros, y como redactor de esta nota soy el primero en hacerlo ver.

Pero bueno, al menos sobrevivimos y seguimos aquí (los que pudimos... y si es que eso es algo bueno).

viernes, 8 de enero de 2021

Qué tragedia el 2020

Lamentablemente, esta vez me tocó publicar mi nota de año nuevo en este medio, porque a Facebook se le ocurrió la grandiosa idea de descontinuar las notas. También lamento no haber escrito esto en los días correspondientes.

El año que acaba de pasar fue un año duro para casi todos nosotros, fue un año trágico y pasivo; después de todo nos tocó encerrarnos y durante un periodo más largo de lo que esperábamos tuvimos que crear de la nada una nueva forma de vivir, cosa que no dejó a ninguno de nosotros indiferentes, nos afectó en mayor o menor medida... pero bueno, yo no vine aquí a comentar lo ya todos sabemos, sino a (como es de costumbre) hablar sobre mí.

Y es que
pese a la tragedia mundial, y a las muchas tragedias personales, para mí fue un año provechoso:

Después de todo el año pintaba bien en enero, tenía muchos planes que se fueron desmoronando uno a uno, pero pese a las dificultades pude cumplir los tres objetivos que me propuse, y en el margen de la ignorancia a lo que se venía, comencé este años con un asadito con amigos, y casi al mismo tiempo el rescate de una perrita que encontré abandonada.

Y a los pocos días vi llegar a mi vida una nueva personita que me llena los ojos de luz y me inspira a soportar el suplicio de vivir.

Dándomelas de modelo

Este año también vi finalizar algunos trabajos que en promesas dichas se reanudarán el año en curso.

Adquirí nuevas responsabilidades.

Pero se hicieron mucho más fuertes mis vicios.

Exploré nuevas formas de entretenimiento.

Me regalaron una matica que me enseñó que no sé cuidar plantas, así que me dieron otra con la que confirmé que no sé cuidar plantas, pero que al menos aún he mantenido viva.

Este año descubrí muchas cosas sobre mi propia psiquis, y entendí las razones por las que hago muchas cosas.

Vi parpadear mi sueño de ser docente

Empecé proyectos que no terminé e hice un montón de promesas que no cumplí, y de esos, algunos me pesan demasiado.

Participé en un montón de retos pendejos y me dejé llevar por la locura en otras ocasiones.

Como cada año, dejé ir personas y conocí otras más.

Estuve angustiado, estresado en incluso estallé en llanto varias veces; pero por la misma inercia de vivir, tocó seguir adelante.

Ayudé a mucha gente, de muchas maneras diferentes, y no me arrepiento de nada.

Este año vi oscurecerse mi tristeza, no sé si por el encierro o por mi propia culpa, pero el sentimiento de culpa y autocompasión se volvió cada vez más efervescente, hasta que me vi tocar fondo.

Este año vi paisajes hermosos, figuras preciosas y formas ansiadas.

Descubrí mucho sobre mi propio valor, y empecé procesos nuevos para convertirme en la persona que quiero ser, madurando y reestructurando algunos de mis pensamientos frente a la vida.

Viajé mucho, y gracias a ello experimenté cosas que necesitaba tachar de la lista y que en definitiva volvería a hacer: una de las aventuras más grandes que he tenido en mi vida.

Fue un año en el que me bañé mucho en agua de lluvia, y que así de bendito como suena me trajo tragedias de las aún no me he podido recuperar.

Me reconecté con el viejo yo, y recuperé viejas pasiones.

Viví un cumpleaños tortuoso, pero que me enseñó sobre el valor de las personas que me rodean. Pero a pesar de todo memorable, más aún, con la nueva marca que me hice en su honor.

Conocí lugares nuevos.

Este año hice un montón de cosas similares entre sí, pero aprendí lecciones de todo tipo, pero una de las más grandes que aprendí este año, es que no solo yo, sino que la humanidad entera tiene la capacidad de mantenerse, por angustiante que sea la vida, todos tenemos esa capacidad.

Este año definitivamente fue un año en el que me volví más humanista, por eso como es de costumbre, titularé el 2020 como el Año de la Humanidad.

Sin ánimos de extenderme más de lo necesario, ¡Feliz año del toro!



martes, 25 de agosto de 2020

Preguntas tontas porque sí

Hoy no estoy aquí para hablar de mis tristezas o inseguridades. Hoy solo quería responder preguntas al azar para llenar un poco este blog y entretener mi aburrida y solitaria noche, así que busqué preguntas aquí y allá y seleccioné las que más me gustaron para responder, y estas son las respuestas.

¿Qué programas te gustan?
Al principio no estaba seguro de dejar esta pregunta por lo básica que es, pero me pareció una buena forma de comenzar. Mis gustos televisivos priman siempre en la animación, sea japonesa o occidental, así, me gustan: Neon Genesis Evangelion, Cowboy Bebop, Fullmetal Alchemist, Rick y Morty, Bojack Horseman, entre otros.

¿Cuál es tu reclamo de fama?

Obviamente, el arte, deseo mucho que obra sea reconocida.

¿Sueles llegar temprano o tarde?
Depende de la importancia de la puntualidad, para cosas serias soy ultrapuntual, para reunirme con amigos... no tanto.
 
¿Qué peculiaridades tienes?
Quizá es que soy un poco dramático y algunas veces exagerado.
 

miércoles, 25 de marzo de 2020

Siempre dije la verdad

Hace cuatro años y medio estaba enredado en una vertiginosa, sórdida y angustiante historia de amor, había conocido a una mujer con quien siempre soñé, y quien fue poco a poco haciendo mella y escabulléndose dentro de mí muy fácilmente; ¿pero a quién trato de engañar? yo abrí las puertas para ella de par en par, quería que se paseara como perro por su casa.

Cuando todo terminó, borré sus fotos, chats y cuaquier información que tuviese de ella... o al menos eso debí, conservé algunas fotos, y temí borrar algunas conversaciones. Al día de hoy, siempre que miro esas imágenes malditas, recuerdo el nivel tan alto de sinceridad que tuve con ella; muchas de las cosas que dije nunca me las creyó.

martes, 12 de marzo de 2019

¿Usted todavía me quiere?

Hace suficientes años para olvidar cuando fue, pero no tanto como para olvidar el hecho como tal; me hiciste esa pregunta. Quizá era la vida dándome otra oportunidad contigo, pero yo era demasiado estúpido para darme cuenta. No recuerdo exactamente qué te respondí, pero si recuerdo que te dije que aún lo hacía... Para ese punto, si me hubieses pedido que abandonara todo por ti, lo habría hecho, o al menos eso creo.

De hecho, todos esos años que estuve pensando en ti... Si durante esos primeros años en que te quise con tanto fervor, me hubieses pedido que me quedara; o una vez acá, me hubieses pedido que volviera por ti: no lo dudes ni un segundo, lo habría hecho.

Han pasado catorce años desde que te conocí. Desde entonces ha pasado un millón de cosas en tu vida y en la mía; hoy en día tienes una familia, se nota que eres feliz, y me alegro mucho de que lo seas, pero algo que es innegable es que hay un lugar en mi mente, en mi corazón especialmente para ti.

Durante el tiempo que estuve ausente seguí queriéndote durante mucho, sin embargo, yo debía seguir mi vida y enfocarme en mis cosas, no te niego que durante muchos años me olvidé del gran cariño que te tuve, estaba tan concentrado en mis propios asuntos que había dejado de mirar hacia el pasado. Pero todo cambió cuando un día reapareció el amargo recuerdo de mis errores en mi mente.

Recordé ese fuerte cariño y lo importante que fuiste para mí —mejor dicho, que eres para mí— desde entonces apareces cada tanto en mi sesera para imaginar cómo habría sido todo si no me hubiese dejado llevar por la cobardía. Pero tranquila, el sentimiento suele desaparecer.

Aunque cada vez, reviven más recuerdos.

Cómo aquella vez que me hablaste sobre lo mal que te fue con aquel muchacho, fue un episodio triste en tu vida, y para entonces yo no había vivido nada así, pero entendí tu tristeza y no pude evitar pensar que a mi lado no te habría pasado lo mismo. Algún tiempo más tarde fui a verte, me pediste un dibujo, y yo diligentemente lo hice, y te lo entregué en tus manos —espero que aún lo conserves—, fue ahí donde conocí a esa nueva persona, le hice una advertencia pueril sobre el cuidado que debía tener contigo... Me alegra que me haya hecho caso, y que seas tan feliz hoy; y por sobretodo, me alegra que el camino que recorriste haya sido tan corto, yo aún sigo andando.

Pero debo ser franco contigo también, durante mi ausencia quise a alguien más fuerte que a ti. Irónicamente, volviste a contar un fábula corta en mi vida poco tiempo después de este hecho.

Y, aunque me olvidé de ti luego de que tú misma decidieras cortar ese frágil hilo que te mantenía en mi vida; desde aquel cuento de una página, tú recuerdo emponzoña mi vida cada tanto y haces que me embriague de nostalgia y por consecuencia de otras sustancias más tradicionales, provocando que gaste esfuerzos vanos en volver a buscarte.

Al día de hoy tu rostro se permea en la superficie blanda de mi memoria, y si no fuera por esas fotos que aún conservo, quizá ya habría olvidado tu sonrisa. Sigues representando una parte importante de mi vida y formas parte esencial de la persona que soy y que he sido siempre.

Si el día de hoy me vuelves a preguntar lo mismo: Sí, aún te quiero, no de la misma manera que lo hacía entonces, pero aún lo hago.

-LJRA-