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domingo, 14 de enero de 2024

Empezamos a mejorar

 Escribir esta nota ha sido siempre un reto para mí, una idea robada a alguien más, pero que mantengo como tradición porque me gusta ver mi propio crecimiento, y este año fue de mucho. Pasaron mil cosas y sentí un cambio en mi vida a mejor. Ahora tengo un camino mucho más claro y estoy por fin saliendo de las espinas, siendo esta la primera vez en muchísimos años que empiezo el año con auténtica felicidad. Se siente como mi primer enero feliz.

Claro, que el 2023 no empezó así, fue un año que comenzó terriblemente, con la idea de tirarme por ventana siempre presente, pero conforme fue transcurriendo, los cambios fueron poniendo sentimientos y pensamientos en mi cabeza que me han llevado poco a poco por el camino correcto.

Porque, claro, este año, como las veces anteriores, después de recibir el año nuevo con mi familia emprendí camino para visitar en su cumpleaños a mi gran amigo.


Celebré con mi presencia la vida de los seres que más amo.

Este año me arraigué finalmente en esta vasta y asquerosa ciudad.

Y de ese arraigo entendí un montón de cosas sobre los otros, y de ese entendimiento: desilusión.

Ayudé a otros que decidieron venir a sufrir acá.

En mi cambio de vida, cambié también la de mi constelación... fue difícil manejarlo, pero finalmente aprendí cómo.

Disparé las primeras balas de salva, pero descubrí que el precio que había pagado por ello era muy alta. Tuve que claudicar.

Visité mucho a mi familia, afiancé mi relación con ellos. Y viví muchas cosas de esos viajes. Varadas, caminatas, lluvias.

En el proceso conocí carreteras nuevas, monumentos y lagunas.

Hubo también aventuras temerarias.

Pensaba que era dislocación xD
Fui a un concierto grandioso que en el camino acabó con mi invicto de fracturas... pero no fue ese ningún impedimento para disfrutarlo.

Y que de hecho, gracias a ello, tuve la dicha de estar dos meses sin trabajar: ⭐⭐⭐⭐⭐

Monté en ambulancia.

Aprendí a quitarme los pesados grilletes.

Volví varias veces a mi tierra, y recorriéndola me di cuenta de lo hermosa que es y de lo poco que yo había visto.

Y aproveché estas visitas para verme con viejas personas, algunas visitas fueron gratas, otras no tanto, pero todas provechosas.

Me enamoré de mi cultura.

Fue un año en el que mejoró mi relación con la soledad, mejoró tanto que me enamoré de ella.

Entendí que el amor que necesito ya lo tengo.

Conseguí finalmente viajar, aunque no fue lo esperado.

No solo saldé mis deudas, sino que finalmente pasó a mis manos aquello que tanto me cambió la vida.

Controlé mis instintos y me sentí orgulloso de ello.

Bailé.

Sufrí el terror de la pérdida.

Continuaron mis vicios, quizá más fuerte que antes.

Vi muchas imágenes hermosas: rostros, paisajes, proyecciones.

Conocí pueblos, montañas y páramos.

Y continué en la lucha por el cambio, por dejar atrás lo que me hace mal. Logré algunos de esos cambios, otros siguen en proceso.

Teniendo aún los pendientes, empecé proyectos nuevos, algunos en compañía.

Dibujé y enseñé a dibujar.

Estuve una vez más, cerca de la muerte involuntaria.

Di y recibí regalos.

Se fortalecieron mis odios, tanto a los unos como a los otros.

Padecí, pero también me reconecté.

Me encontré conmigo mismo y comprendí la relación que tengo con los otros, la visión de vida que me quedó al finalizar el 2023 es diametralmente distinta a como la comencé, aún cuando estos doce meses acabaron ante las puertas de la desocupación, fui increíblemente feliz. Vislumbré un futuro optimista y sé que aquel día lejano que estaba esperando a que llegara, finalmente se está acercando. Terminé este año con el más grande sentimiento de gratitud; por eso quiero llamar así a este año: EL AÑO DE LA GRATITUD.

Me despido una vez más de mí mismo, nos vemos en un año. Ya veremos como está la vida para entonces.

¡Feliz año del dragón!

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